fbpx
HISTORIAS PERSONALES

El precio de ser «Reina»

Hoy, desde una perspectiva diferente y luego de diez años de haber tenido el título más importante en los certámenes de belleza de mi país, puedo escribir de forma más objetiva sobre este tema tan polémico e idealizado por muchos y que pocos tienen la oportunidad de conocer y vivir.

Corona de Miss Ecuador 2009

Los concursos de belleza han existido desde hace muchas décadas, se basan principalmente en juzgar y calificar los atributos físicos de sus participantes, su presentación, su vestuario, maquillaje y peinado y su respuesta en una pregunta final. 

Sin embargo, muchos no están de acuerdo con este tipo de concursos. Opinan que este tipo de eventos refuerzan la idea de que las mujeres deben ser valoradas por su apariencia física principalmente y que esto causa mucha presión en las concursantes que muchas veces se ven afectadas por desórdenes alimenticios para mantener un peso establecido y las obliga a someterse a cirugías estéticas innecesarias. Muchas personas que apoyan este pensamiento son justamente quienes están luchando con fuerza por la igualdad de género, por eliminar los estereotipos de belleza que nos ha impuesto la sociedad y por promover una belleza mas «natural».

Es importante decir que los concursos de belleza han ido evolucionando. Muchos de los certámenes más importantes buscan promover causas y proyectos sociales y medio ambientales en los que las candidatas deben estar involucradas, dándole mucha prioridad a los talentos y capacidades que tienen ellas y eliminando en muchos casos ciertos requisitos como las medidas corporales requeridas y ampliando en otros casos parámetros como la estatura, edad y género. Se han vuelto mas enfáticos en mostrar no solo el aspecto físico, sino tratar de que el público conozca a la persona tras la candidata, su historia de vida, destacar su trabajo, su rol en la sociedad y las causas por las que trabaja.

Foto de prensa, Reina Hispanoamericana 2009

Desde mi experiencia debo decir que he vivido ambas situaciones. Viví lo que es ser protagonista, ser recibida con flores, halagos, recibir un trato especial y tener lo mejor de lo mejor solo para mi: «LA REINITA». Sentía en ocaciones que me veían como una diosa o una persona inalcanzable. La cara de los niños cuando me veían era como ver a una princesa de cuentos de hada. 

Viajar, tener visibilidad y voz en medios de comunicación, ser imagen de campañas, estar en los concursos más importantes del mundo y ser el centro de atención durante tu año de reinado no está nada mal! Pero está mejor cuando usas todo eso para fines que dejarán un legado positivo en la sociedad y el mundo. Sé que suena a cliché pero así es.

Por otro lado están las críticas, el odio, y todo lo negativo que puedes tener cuando eres una figura pública, leer y escuchar a personas que solo conocen lo que pueden ver a travez de una pantalla y que se sienten con derecho de dar un juicio de valor es desgastante, frustrante y difícil de manejar. Siempre habrá quien te dice qué o cómo debes hacer las cosas, y que X o Y persona son mejores que tú. 

Pero también es complicado tener que leer críticas y ser cuestionada por haber tomado la decisión de estar en un concurso de belleza. Aquí es cuando vienen un sinnúmero de contradicciones, porque te juzgan por decir participar en algo que ellos no están de acuerdo, pero dicen defender la libertad de las mujeres de ser lo que deseen ser, te acusan de prestarte para que «te cosifique» un jurado y el público, pero ellos a ti te pueden calificar de ser «tonta» por participar en «ese tipo de cosas».

Primera finalista Miss Continente Americano 2009

Me ha tocado vivir discriminación por ser alta y delgadísima, algo que la naturaleza me ha concedido sin necesidad de hacer ningún sacrificio, pero para algunos, estoy promoviendo un standard de belleza que no es normal. Entonces: yo soy anormal? Es malo nacer y ser como soy yo? No debo entonces mostrarme tal cual soy porque promuevo algo malo?

Nuestra lucha para que se visualice y se acepte la belleza de la mujer de cualquier talla no significa que debamos odiar a las mujeres delgadas por naturaleza o por decisión, que luchar contra el racismo no signifique que debemos odiar a los blancos, que luchar a favor de las mujeres no signifique que debemos odiar a los hombres. 

Todo esto lo he aprendido a manejar con el paso de los años y aunque aún peleo mis batallas contra críticas, odio en redes sociales y muchas cosas más, siempre estaré feliz de haber decidido participar en el Miss Ecuador.

Nada ni nadie puede quitarme lo que viví en el Miss Universe y en los otros concursos que participé porque son experiencias no solo únicas, sino que pocas chicas en el mundo tienen la oportunidad de vivir. En mi balanza de experiencias como Miss pesa más lo bueno que lo malo y si tuviera que volver a repetirlo lo haría sin duda alguna.

Tener mucho autoestima, tener un carácter formado, ir con una buena base de valores y principios, tener metas claras, un círculo de apoyo y saber que un concurso no lo es todo en la vida, hará que la experiencia valga la pena. 

Centro geriátrico en Manta, Evento en conmemoración de los 10 años del Miss Ecuador 2009

Recuerda que estamos aún expuestas a ser juzgadas por nuestro físico, a ser poco valoradas, a ser tratadas como objetos y no necesariamente en un concurso de belleza, puede suceder en cualquier lugar y muchas veces con las personas que menos te esperas, sin embargo lo más importante es que no lo permitas, es tú decisión. Haz lo que quieras hacer, juega lo que quieras jugar, trabaja en lo que decidas trabajar y participa en lo que quieras participar. Sé tú misma!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *