Creo que pocos entienden la importancia de una piel bonita antes de los 25 años, a menos que tengas condiciones como acné, rosácea, o alguna otra que de una otra forma haga que batalles con esto.
No solo el paso del tiempo nos debería preocupar, día a día nos enfrentamos a enemigos visibles e invisibles que nos pueden llevar a tener un envejecimiento prematuro de nuestra piel y en ocasiones estas consecuencias no se notan hasta el mediano o largo plazo.
Por eso hoy te cuento cuáles son esos enemigos de nuestra piel, algunos podemos controlarlos, otros quizá no, pero podemos sin duda hacer algo para minimizar su efecto negativo sobre nuestra piel.
La alimentación
Nuestra piel es el órgano más grande y expuesto en todo nuestro cuerpo, también es donde nuestras afecciones de salud muestran sus primeros síntomas.
Es indispensable tener una excelente alimentación, algunos tips que nos van a ayudar mucho a mejorar la calidad de la piel son: tomar mucha agua, evitar productos ultra procesados o grasas saturadas, disminuir el consumo de azúcar y tratar de alimentarnos de la forma más limpia posible, esto quiere decir, tratar de que los alimentos tengan los menores procesos posibles y tratar de que sean de la tierra a nuestra mesa.
El sol
Y este es uno de los peores! Así como lo leen.
El sol es el principal causante de manchas, arrugas prematuras y cáncer de piel. La exposición excesiva a los rayos ultravioletas que vienen del sol son muy dañinos, mucho más en nuestro país Ecuador, donde los rayos vienen de forma directa por nuestra posición en la tierra.
Tomar sol es indispensable para la fijación de la vitamina D, pero debemos cuidar la hora en la que recibimos el sol, que de preferencia debería ser en las primeras hora del día. Evitemos el sol en las horas más intensas y si tenemos que salir hay que cuidarse y protegerse con barreras física y bloqueador solar, de preferencia este último que sea físico también y lo más natural posible.
La contaminación ambiental o polución
La piel es altamente sensible a la exposición de la mala calidad del aire: El ozono superficial O3, dióxido de nitrógeno, óxido de azufre, humo del cigarrillo… Dentro de estos contaminantes son las partículas en suspensión PM2.5 las que suponen la mayor amenaza para la piel, debido a su tamaño (20 veces más pequeño que los poros humanos).
La piel actúa como un imán frente a estas partículas, las atrae y ellas fácilmente penetran hasta las capas más profundas de la piel, debilitándolas y dañando la capa protectora de la piel, los poros se obstruyen y, literalmente, ésta se asfixia.
Una piel asfixiada es incapaz de regenerarse.
Hay que protegerse también de la contaminación dentro de casa ya que el 80% de nuestro tiempo lo pasamos en espacios cerrados.
La polución se encuentra en cualquier lugar, cada vez que abrimos las ventanas o puertas la polución entra en nuestras casas y se acumula mezclándose con otras partículas contaminantes que desprenden los sistemas de calefacción, pinturas de paredes y productos de limpieza.

La contaminación por cosméticos o productos de uso diario.
Sabías que una mujer en promedio absorbe dos kilos de químicos al año solo por usar productos cosméticos que incluyen químicos añadidos y que son tóxicos para la piel y la salud.
Desde el jabón con el que lavamos los platos, el shampoo, el maquillaje, las cremas y una extensa lista de productos que usamos a diario, tienen químicos añadidos que no tienen estudios suficientes que avalen su seguridad y más bien hay estudios que afirman sus riesgos y determinan que podrían ser causantes de muchos problemas de salud incluso.
Y como vimos anteriormente, la salud influye directamente en el estado de nuestra piel.
Los jabones y productos cosméticos de limpieza (sobre todo los que ofrecen quitar el exceso de grasa) pueden ser extremadamente agresivos con nuestra piel y dañar la capa protectora de la piel, lo que nos hará más propensos a infecciones bacterianas que pueden traer serios problemas e incluso sensibilidad.
Por esta razón es importante ser conscientes e investigar a nuestros productos e ir optando por cosmética natural, productos limpios y que no tengamos duda de que al usarlos nuestra piel no va a reaccionar negativamente.
Cambios de temperatura
Con la llegada de una nueva estación nuestra piel requiere cuidados especiales porque cambia su estado.
Generalmente cuando el clima tiene bajas temperaturas y bajo nivel de humedad somos propensos a tener nuestra piel más seca y tirante, sufrir descamaciones en la piel y a aumentar la sensibilidad. Por el contrario, cuando llega la estación húmeda y con temperaturas más altas la piel tiende a ponerse excesivamente grasa, podemos ser más propensos a tener eczemas o psoriasis
Debemos cuidar siempre de nuestra piel con productos que nos ayuden a equilibrar y mantener la capa protectora de nuestra piel en buen estado.
Fundas de almohada
Los textiles con los que está fabricada la ropa de cama son materiales que pueden acumular muchas bacterias ya que absorben la grasa, las células muertas y los microorganismos de la piel y el cabello.
Pueden llegar a provocar una irritación en la piel o la aparición de espinillas debido a su uso diario y al contacto directo por horas prolongadas con nuestra piel.
Por eso, en el caso de que se sufra dermatitis, acné o pelo graso, es importante extremar las medidas de higiene y cambiar frecuentemente la ropa de cama.

La contaminación digital
Desde el ordenador al teléfono móvil y del teléfono móvil a la tablet. La mayoría echamos un vistazo a nuestros teléfonos móviles unas 150 veces al día.
6 horas al día, es el tiempo que pasamos por término medio frente a una pantalla de Led. Esta exposición regular y prolongada a la luz azul entraña un riesgo sobre nuestra visión, nuestro sueño y también sobre nuestra piel.
La utilización de estos dispositivos puede contribuir a la mala salud de nuestra piel de dos maneras: por la suciedad que almacena la pantalla, que puede llegar a tener 18 veces más bacterias que un WC, y por la luz azul que proyectan los dispositivos móviles y ciertas pantallas.
Este tipo de luz activa unas encimas llamadas metaloproteinasas, que aceleran la destrucción del colágeno dérmico, que es la proteína que da turgencia y tensión a nuestra piel.
Además, esta luz provoca mayores efectos de estrés oxidativo, lo que puede provocar un mayor envejecimiento y pigmentación.
Si la piel no está protegida por los productos adecuados, la luz azul que emiten estos dispositivos, al igual que la contaminación atmosférica por PM2.5, puede penetrar bajo la piel y hacer que los niveles de colágeno y elasticidad desciendan rápidamente.
Espero que este artículo te ayude a identificar a cuáles enemigos está más expuesta tu piel y de esta forma empieces a cuidarte más y prevenir el daño.
Hasta la próxima!
no tenìa idea de eso de la «contaminaciòn digital»