Hola mis queridos lectores, en esta oportunidad vengo a contarles una historia personal que a la vez se convertirá en un artículo interesante para este Blog.
Como saben, mi vida ha girado en los últimos quince años en torno a la belleza, moda, imagen, reinados de belleza, etc. Y sin duda esto me exigía que como personaje público trate de mantener una imagen lás impecable posible, esto muchas veces requiere ropa linda, accesorios, zapatos, y si, yo hace once años me gasté mucho, múchísimo dinero en eso.
Llegué a tener más de 200 pares de zapatos, closets repletos y lo más triste… seguía comprando y llenándome de cosas. Las tarjetas de crédito estaban a tope y esto supuso un peligro para mis finanzas personales.
Algo que influyó mucho fue esa idea errada de que tenía que verme bien para los demás y que tenía que cumplir con los estándares que la sociedad había impuesto sobre mi.
Cuando llegó mi primer hijo, atravesamos junto a mi esposo una crisis económica que nos golpeó, no vivíamos en la pobreza pero si teníamos que ajustarnos en muchos gastos que no eran indispensables y eso hizo que nuestra calidad de vida no sea la misma. Esto hizo que mis compras disminuyeran enormemente porque no había dinero para esto o aquello. Este periodo duró varios años pero luego pudimos recuperarnos y pudimos darnos mas gustos que antes, sin embargo, volví con mis compras exageradas.
Las personas que son compradoras compulsivas, y llevan este compartamiento fuera de los límites normales poniendo en riesgo su seguridad financiera y la de su familia deben ser tratados por expertos ya que este comportamiento es un trastorno psicológico.
Yo no llegaba a esos extremos, pero a decir verdad compraba bastante y sabía que eso no estaba bien, lo primero que hice fue reconocer que tenía un problema, porque las cosas que compraba eran cosas que ya tenía, que no necesitaba, que muchas veces a los dos días no sabía ni por qué había comprado y que me hacían perder dinero, sentirme infeliz, dejarme un vacío emocional y como un círculo vicioso querer llenar ese vacío comprando nuevamente.
Así que empecé a aplicar varias acciones por mi propia iniciativa para mejorar este mal hábito que lejos de hacerme feliz me estaba haciendo sentir muy frustrada.
Y lo que les voy a contar a continuación me parece muy gracioso, ya que lo hice de forma inocente y luego me di cuenta que ese hábito reducía mi ansiedad por las compras.
Empecé a hacer compras online, si, compras en páginas web, empecé con Amazon y Sephora.
Llenaba los carritos con todo lo que quería, tal como si lo fuera a comprar. Así pasaba horas y horas haciendo «shopping» y al final cuando terminaba de elegir era imposible pagar por todo lo que había escogido, así que no había manera de que lo compre y quitar artículos no era una opción porque como ya había elegido tanto sentía que no estaba comprando nada con lo que me alcanzaba, así que salía de la página y empezaba de cero en otra tienda…
Nunca pagaba ni compraba, pero solo el hecho de ver el producto, elegir los colores, las tallas, la cantidad, todo, me hacía sentir casi como si estuviera en la tienda física.
Y así dejaba los carritos llenos hasta que se me olvidaba. Y esa fue mi terapia de shopping que me ayudó a quitarme las ganas de comprar.
A veces volvía al carrito y quitaba cosas, pensaba que eso ya no me gustaba, que eso no me servía o no lo necesitaba, tal como me hubiese pasado en la vida real.
Por eso los carritos de mis tiendas pasan llenos pero muy rara vez compro algo, y desde ahí aprendí a pensar varias veces antes de comprar, hacer compras más inteligentes y evitar compras compulsivas.
Tengo planificado que entre una y dos veces al año hago una sola compra de todo lo que tiene que ver con ropa y ese estilo de artículos, pero aprovecho cuando salgo del país que consigo cosas muy económicas y en ofertas que realmente valen la pena, y aún así en esas tiendas físicas hago exactamente lo mismo, voy tranquila, con tiempo, recorro todo, elijo todo y antes de pagar chequeo el carrito y pienso: voy en serio a ponerme esto? Cuántas veces lo voy a usar? Tengo algo parecido en casa? y así me deshago de más de la mitad de lo que he elegido y compro de forma mas consciente.
Actualmente he visto muchos videos sobre minimalismo y sobre cosmética natural, estos temas han replanteado muchas cosas en mi vida y me han ayudado a apreciar la simpleza de las cosas y a darme cuenta que no necesito mucho para ser feliz.
Esto me ha ayudado también a cuidar mis cosas y hacer que duren lo máximo posible.
Creo que me falta mucho camino por recorrer pero me gusta contar siempre esta historia porque sé que con mi vivencia ayudo a otras a animarse a dejar de comprar sin sentido.
Anímense a buscar maneras de comprar menos y comprar mejor.
Hasta la próxima!